Otra vez – demolición de las casas de Fresnedo
Publicado: 19 de mayo , 2011Texto del Prof. Arq. Conrado Pintos
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Otra vez.
Una más.
Otra vez una operación destinada a enriquecer un promotor empobrece al colectivo y una vez más una iniciativa prescindible supone la desaparición de un ejemplo de calidad.
Otra vez se mutila el legado de Román Fresnedo Siri, uno de nuestros más brillantes arquitectos y –tal vez resulte eficaz apuntarlo en estos tiempos de militante cholulismo cultural- el primero en ganar un concurso internacional (para el caso la Organización Panamericana de la Salud en Washington)
Otra vez una lección de arquitectura se transforma en escombros. En pocos días, un vacío vallado suplantará a las estupendas casas siamesas que Fresnedo diseñara en 1946 para las familias Martirena-Dighiero en la Avenida Ponce.
Tal vez, aunque la estadística no alimente el optimismo, allí se construya un edificio de gran calidad arquitectónica. Más difícil será probar que tenía que ser allí, que había que suprimir lo que se suprime para alumbrar algo que pudo nacer en otro lado.
Una menos: poco a poco la obra de Román Fresnedo se mutila, se deforma, se desnaturaliza.
Molesta reconocerlo, pero la propia Facultad de Arquitectura inauguró la serie con una ampliación del ala sobre Br. España realizada de forma tan textual e inocente que redunda en una curiosa fachada tartamuda con dos remates.
Más grave, mucho más grave, lo del Sanatorio Americano. También aquí la prosperidad empresarial acarreó – de manera obviamente evitable – un daño difícil de calibrar: una serie de operaciones desaprensivas han hecho desaparecer el protagonismo del jardín interior, verdadero corazón del proyecto (como lo es el patio en la Facultad de Arquitectura). Que se entienda: no se suprimió unos metros cuadrados de vegetación, lo que se amputó fue la posibilidad de contemplar un espacio bellísimo y calmo en medio del sufrimiento. Ahora pacientes, acompañantes y trabajadores estarán un poco peor. Alguien debió recordar que la diferencia entre una situación y otra es la razón de ser de la arquitectura.
En pocos días seremos más pobres. Tendremos un poco menos de pasado y seguiremos sin desear futuro.
Porque no se trata sólo de la ignorancia, la indiferencia, el crudo cálculo económico o el miope cálculo político que impide ver o aconseja callar: se trata del desamparo cultural en que se halla nuestra arquitectura.
No sólo toleramos la destrucción, no sólo renunciamos a reparar, a recuperar lo que la garra torpe desnaturalizó (¿cómo hacerse el distraído ante ese engendro en que se transformó la Solana del Mar?), sino que nada hacemos por promover la buena arquitectura.
Las artes visuales, la literatura, la música, el cine, el teatro entre otras manifestaciones creativas son objeto de crítica, de reflexión, de premios y castigos y sobre todo de estímulos.
Nada de esto sucede con nuestra arquitectura. Mutilamos el pasado y, descuidando el presente, degradamos el futuro.
El patrimonio cultural de una sociedad no es una serie de reliquias que, alegremente embanderadas veneramos el último domingo de setiembre. Es la acumulación de todo aquello que una cultura produce de manera firme, paciente y sostenida.
Es el coraje de innovar y la decisión de conservar.
Es también la indignación ante el incontenible avance de lo banal pisoteando torpemente la sabiduría que otros construyeron.
Arq. Conrado Pintos
Mayo de 2011
Este texto de Pintos me encanta. Me enciende. Dejo de lado lo que estaba haciendo y me entierro en la página de Patio a tipear con desesperación algo. Me transpiran un poquito los dedos de hecho. Y entiendo que ya está pasando algo cuando alguien escribe y otro aunque sea yo misma siente; aunque no sea más que este repiquetear las teclas de mi teclado. Yo no sé qué es lo que podemos hacer. No lo sé todavía. Espero no ser lenta, porque me gustaría que mi sobrino Piero vea los edificios maravillosos que yo pude apreciar en esta ciudad. Realmente me gustaría, porque tengo bien prendida esta estúpida idea -con la que alguna vez nos hechizaron profesores como Pintos- que una arquitectura mejor puede tener algo que ver con una sociedad mejor. Y con ese algo yo, me caso. Por ahora comparto estas sensaciones sin chequear mucho la sintaxis, ni el modo, y digo que me sumo a la exigencia de una ciudad con memoria, de una ciudad cuidada, de una ciudad más bella y de todas y de todos.
Las obras de nuestro estimadisimo maestro realmente son dignas de conservarse, asi como las de los tantos otros que tenemos. Pero lamentablemente el sustento de cualquier Arquitectura es, y ahora mas que nunca, un interes economico, empresarial y particular. Y son pocos los arquitectos que pueden desplegar sus mas nobles conceptos de arquitectura de calidad, de modernidad, de economia energetica, etc. Son estos comentarios de ilustres profesores de mi facultad los que me inspiran reflexiones que para muchos podran ser duras, e ignorates. Pero yo prefiero una ciudad que le deja espacio a nuevas oportunidades, pensadas por personas que se formaron en nuestra facultad de hoy y con los profesores de hoy. Guardar nuestra rica historia haciendo uso de los tantos medios adiovisuales que el progreso tecnologico nos trajo. Prefiero a nuevos arquitectos nutridos con los conceptos inmortales mas que con los ejemplos viejos que no se usan, y que a lo mejor ocupan espacios estrategicos. Creo que la ciudad esta llena conceptos de conservacionismos y cursos de conservacion del patrimonio y tenemos sed de las nuevas obras de nuestros maestros actuales. ¿dondes estan? las quiero ver aca en nuestro pais. Y ojala que algun dia el viaje de arquitectura empiece aca en mi pais.
Ante todo me declaro defensor del intervencionismo, siempre y cuándo éste sea en pos del mejoramiento de la calidad arquitectónica.
Del mismo modo y buscando el mismo objetivo, sostengo firme la posición del conservador más asérrimo en casos como el que se detalla en la nota de Pintos.
Hoy no puedo dejar de sentir dolor.
Debemos tener cuidado, como mínimo, cuidado ante situaciones como ésta.
Sí, “en pocos días seremos más pobres”, una pobreza que duele menos a muchos, pero pesa a los que nos preocupa ese tipo de riqueza.
Me quedaré con la pena de no haber conocido esa obra de Fresnedo, quién sabe cómo era vivirla.
Lamentablemente, y como bien dice Pintos, la experiencia dicta que es muy poco probable que el reemplazo tome el valor arquitectónico del antecedente y (por lo menos) lo distribuya someramente en todos los metros cuadrados del resultado. Seguramente, lamentablemente sea así.
Deberíamos saber bien dónde intervenir.
Abramos los ojos o nos quedaremos cada vez más ricos, pero más pobres.
Aquí hay una amputación. Y dolor ante lo amputado… La conocida metáfora adquiere un sentido contrario. Porque es un dolor que duele. No es algo imaginario. “Qué pasó con el urbanismo…..” buena pregunta. “Reina la plata”, pero somos más pobres. Es el triunfo de la barbarie, y hay que frenarlo.
Maravilloso y Felicitaciones
Dejémonos de proxenetismo y la falta de ética, vendiéndose al bajo precio de la necesidad.
La riqueza es de acuerdo al ojo con que se mira !!
1ro que todo, que quede claro que no me parece que sea sensato que se derribe dicha obra de Fresnedo. Pero…
El impacto que tal acto trae a todos me parece que es sintomático de dos realidades que nos son difíciles de tragar:
1) Que dependemos demasiado del “Ejemplo”, de los individualizados casos de “La Buena Arquitectura” para aprender y apreciar como llevar a cabo nuestra disciplina; no es posible creer en una enseñanza a base de “Conceptos Universales”, cuando es tan fácil mostrar unas diapositivas, o creer que se aprendió algo trascendental por subir y bajar las rampas de Le Corbusier (sobrio, en el mejor de los casos), y por ende creo que tendemos a cargar demasiada responsabilidad y generar demasiado apego a construcciones individuales.
2) Compartimentamos demasiado nuestra visión de que es lo que genera ciudad, y porque suceden las cosas que suceden. Por ejemplo: yo nací en una ciudad en la cual hay increíbles ejemplos de arquitectura de (casi) todos los estilos del siglo XX, sin embargo vivo en un día a día en espacios con un nivel de banalidad patética, paupérrima calidad constructiva, y mucho de ello; en apartamentos, la Ley de Propiedad Horizontal son letras que se hacen ladrillo, y dicha relación es totalmente descuidada o hasta negada por (casi) todos que se dicen arquitectos.
Despiértense: mientras que no se tenga una visión cabal de como es que estos temas, que todos dejan a otras disciplinas, (sean sinceros: cuantos de ustedes tomaron en serio y prestaron la atención debida a los cursos de Economía y de Arquitectura Legal?) afectan a la ciudad y a la arquitectura misma, vamos a seguir leyendo una y otra vez de como todo el mundo esta apenado por la perdida de esto, o la construcción de aquello. El énfasis en la construcción individual esta diluyendo la atención a la realidad colectiva.
Entiendo que Conrado “Loro” Pintos como muchos de sus ex-alumnos donde me incluyo han tratado por tiempo de trasmitir la escencia y valores de la arquitectura con “A” mayuscula. Lamentablemente en el afán de cumplir en el día a dia con compromisos tecnico-profesionales descuidamos y desde nuestro silencio dejamos que autoridades muchas veces ceñidas a lo que dice ó no una disposicion autorice ó no algo que en realidad no hay disposicion (El valor de nuestro legado) y muchas veces aunque concientes (ya que muchos son colegas estatales y podrian tener peso) se lavan las manos y bajo la via de la declaracion jurada se curan en salud y que las cosas se resuelvan en la justicia civil ó en la conciencia colectiva de reconocer que está mal pero Buehhh….
Es lamentable pero una vez escuche en ambito de la facultad que “hay más cultura que cultos” y los que nos sucedan probablemente ni valores para apreciar tengan. Hoy parece que se mira más en apilar minimalistamente a la gente en edificios que a trasmitirles valores ó conceptos de como vivir con mejor calidad de vida.
En algo se esta fallando y el ejemplo citado es otro de los tantos que luego nos lamentamos pero damos vuelta la página. Los arquitectos muchas veces como médicos, tratamos de trasmitir soluciones y formas que luego son manipuladas facilmente por burocratas ú otros profesionales que con mucho menos han sabido ganarse a nuestra costa un lugar más respetado en la sociedad simplemente intermediando.(Inmobiliarias, escribanos, etc).
Hasta que no hagamos entender que ellos son consecuencia de nosotros y nosotros nos solo producimos lugares, nos toman como honorables artistas desnorteados y punto. Concluyo que lo que esta sucediendo es consecuencia de nosotros mismos, dejando que suceda y luego comentando.
Mientras no exista una “corporacion de arquitectos pragmaticos” que haga valer la arquitectura, seguiran tasandose la misma por la via mas simple “La especulacion de oferta y demanda”
Vivimos en la cultura “fast food” donde lo único que importa es saciar los impulsos inmediatos, y no pensar en las consecuencias, adormecer al inconsciente y seguir corriendo “hacia la meta” dejando de lado pasado, sociedad y el ser complejo, para ser sencillo, sin dolor, sin culpa y llegar a tiempo para ver el programa sobre banalidades y acallar esas voces internas que nos hacen perder el tiempo pensando sobre cosas que “no nos importan”
Ojala cambiemos, o será culpa de que no existen canales o programas que estimulen la complejidad de las cosas como parte fundamental de la sociedad…hacerlo tan atractivo e intrigante como la pregunta de si tal participante seguirá bailando….por un sueño…
me saco el sombrero Luis
clarisimo
no podrias haber expresado mejor este sentimiento. no solo mio, seguro de varios otros..
y cuantos otros arquitectos, ingenieros, artistas increibles que sus obras fueron demolidas y vendidas al bajo precio de la necesidad.. (o el sueño de llegar a la fama, aunque sea tan efimera) han pasado por nuestro pais?
salud!
Estimados:
Yo soy de profesión Veterinaria, pero conozco bien ese lugar. En los apartamentos del costado vivían mis padres. Cada vez que pase por ahí, tendré ahora un dolor doble. La ausencia física de los míos y esas casas señoriales. Mis saludos para ustedes.
Estimados Editores de PATIO, quisiera compartir estas ideas que surgen en respuesta al artículo “Otra Vez – demolición de las casas de Fresnedo”, escrito por el Prof. Arq. Pintos y publicado por ustedes hace ya unos días atrás. En si son una expansión a un comentario que hice del mismo, más unas observaciones adicionales que conjuré estos días.
Video Killed the Radio Star
Sinopsis…
Mi intención es fundamentar el anacronismo del set de valores a los que somos sujetos en nuestra disciplina, alguna de las razones de porque las tenemos, exponer las limitaciones a nuestro accionar que supone el perpetuarlas, y por último, una propuesta de basamento ético para nuestro futuro común.
No es mi intención sonar como un Futurista (digamos que ellos no tuvieron un final feliz…), ni un nihilista (creer en nada es nada creíble…), ni un capitalista irrefrenable (…Nicholas $ibille…); eso si, quiero decir que la atención ofrecida al destino de una sola obra nunca es prestada a cuestiones de mayor inmediatez y trascendencia.
Oh-a-a-a oh!…
¿Se acuerdan de los años ‘80? Lamentablemente, yo también.
No recuerdo la primera vez que ví MTV, pero no recuerdo un mundo sin él. Un mundo que prometía persistente y ubicuo hedonismo, cumplió en brindarnos (a quienes crecimos en tales tiempos de gloria) afinidad hacia el cambio constante, sed de novedad y quizás una margen de atención disminuida. No sólo MTV, sino toda la cultura de medios: música, cine, TV, literatura berreta, hasta los comics, todos echan leña a este fuego que nos consume.
Movernos hacia el futuro sin reconocer este pasado es poco sabio, y no contemplar la posibilidad de una nueva ética, fundada en estos preceptos, en esta banalidad y en este continuo mutar, es no solo ciego, sino imprudente.
Sobre Fresnedo, sinceramente, no tengo problema con que lo derriben. Puede que tenga problema con lo que pongan en su lugar, el cual obviamente será de linaje y de hechuras menos ilustres, pero me niego a alzar sobre un pedestal obra alguna, sea con el fundamento axiológico que sea.
Antes que salgan a encender las antorchas y vengan a por mí, mas vale aclaro: yo digo que en esta vida hay cosas que son sagradas, pero no pasan por lo material. El apego por una obra en particular es fetichismo, idolatría vacua, que en otros contextos sería objeto de abierto desdén.
MTV inauguró su primer transmisión con el video “Video Killed the Radio Star”, Pop basura donde lo hubo, el cual en su letra encapsula un mini relato de cambios tecnológicos, valores en mutación, y la irreversibilidad del devenir histórico. ¿Vieron? Se puede extraer sabiduría de los sitios más insospechados.
La sociedad esta en continuo flujo, continuo cambio. ¿Nuestra respuesta a ella? Inventar alguna nueva moda, algún nuevo “ismo”. Lejos estamos de la heroicidad que introdujo el Movimiento Moderno, donde sociedad y edificio eran dos fases de un mismo proyecto. Me animaría a decir que desde la posguerra, esta sincronicidad se perdió (a propósito quizás… existía ya prueba de sobra del lado oscuro de las ideologías totalizantes), y caímos en una espiral de endogámica autoindulgencia, viviendo siempre en un castillo en el aire, inconexos no sólo de los gustos de la sociedad, sino también de la comprensión de las fuerzas que la impulsan. Ahora nosotros, soñando ser Imhotep solo llegamos, en el mejor de los casos, a ser Chanel. Y tengo noticias: Dioses no pasan de moda… pero nosotros si.
Otra falencia heredada: la Era Heroica antedicha, habrá sido heroica en intención, pero en la práctica pecó de uno de los males que nos aquejan también hoy: prefirieron imponer una visión discutiblemente arbitraria de la sociedad sobre ella. Hoy, puede que busquemos imponer menos, pero si actuamos y pensamos en función de una visión arbitraria de la sociedad. Mal gente, mal…
El Ídolo…
Puede que no haya otra opción viable, pero la forma en que aprendemos la disciplina de la arquitectura puede que nos este limitando. Se le da un peso extraordinario a ejemplo individual, a la obra paradigmática. La ausencia de una sistematización pedagógica, o mejor dicho, la probable imposibilidad de su existencia, lleva a que la tan anhelada educación a base de “preceptos universales”, “grandes verdades”, y “sabiduría” decaiga en un powerpoint (o diapositivas, para la Vieja Escuela) con 40 fotos, la mitad de ellas inexplicablemente oscuras, una media docena de geometrales mal escaneados, y medio centenar de alumnos esperando ansiosamente firmar la lista para huir con disimulo.
Y luego, al proyectar se hace un ejercicio de mimetismo. “¿Que estilo llevás?” “¿Que referente tomaste?” “¿En quién estabas pensando?” Diálogos salidos directo de “Project Runway” se convierten en lo que nos gusta creer que es un fiel paralelo a la futura actividad profesional. Todo esto porque nos formamos a base de Ídolos y Fetiches. Frank Lloyd Wright: Ídolo; Casa de la Cascada: Fetiche; Rem: Ídolo; CCTV: Fetiche.
Esto no seria gran drama, excepto por la debilidad que produce: el centrar la atención demasiado en ejemplos paradigmáticos y menos en las razones de su devenir. Más en el objeto, menos en la idea; más en lo material y menos en lo eterno.
Vivimos una existencia encerrados en nuestras propias mentes, y al actuar luego compartimentamos todo, inclusive las ciudades. Mas importante aún, e introduciendo el próximo punto en esta exposición, pensar en Ídolos y objetos Fetiche nos impide pensar en sistemas (no me refiero a sistemas constructivos, duhh!), imposibilita ver el panorama entero de fuerzas que no solo informan nuestro accionar, sino que lo conforman y predisponen.
Tóxica…
Inmobiliarias y Escribanos no son una consecuencia nuestra. Y nosotros no somos una consecuencia de ellos. Lo que si sucede, y es entera responsabilidad de nuestra disciplina, es que mientras el resto del mundo decidió vivir en el mundo real, nosotros decidimos vestirnos de negro y jugar a que somos artistas. Me incluyo. Hasta que llegue el día en que se eduque (o nos tomemos la responsabilidad de educarnos) en la importancia que tiene conocer cómo y porqué funciona el mercado inmobiliario y el paisaje legal que lo sustenta, estaremos siempre relegados a la segunda línea de acción. En vez de luchar contra las burocracias, la estrategia a seguir, por difícil que sea, debería ser el de aprovecharse de sus mismas debilidades y virtudes; el Estado de Derecho tiene como característica fundamental la interacción regulada entre la esfera Pública y la Privada, y es deber del Privado actuar en función y en respuesta al Estado, y viceversa; el tiempo que se gasta llorisqueando sobre que malos que son todos los jerarcas y funcionarios podría usarse para encontrarle la vuelta al asunto. Maduremos.
No, el tema es otro. Y es que nadie (o muy pocos) quieren aceptar el hecho que en un mercado lo que importan son los incentivos, tanto fundamentales (que beneficio puedo sacar, por ejemplo) como normativos (que leyes me impiden o promueven mi accionar). Tirarle el fardo a alguno de la Intendencia, o alguna comisión patrimonial, o lo que sea, nunca va a borrar los incentivos de fondo que llevan a la topadora a la puerta de la casa en cuestión. Un accionar profesional responsable tendría que tomar en cuenta a cabalidad estas cuestiones.
No solo es un tema de jerarquía profesional, sino primero que todo de supervivencia: Fresnedo y su casa, estén o no estén, no me afectarán demasiado (seamos sinceros); el que exista o no una sobreoferta de apartamentos hoy, puede que te deje sin trabajo el año que viene. Nuestra obsesión por la escala humana nos obnubila de la escala social: hay mayores temas en las que centrar la mirada que son críticos de discutir, y sostengo que hay una forma de resolver el dilema de la “Tóxica Mezcla de omnipotencia e impotencia” (sic) que es el ejercicio de la Arquitectura… pero, volvemos a nuestras deficiencias culturales. Sinceridad, por favor: ¿cuántos de ustedes tomaron en serio, y apreciaron como esenciales a su formación, a las Cátedras de Economía y Arquitectura Legal?…
…
Ya me parecía.
Si, primero ignoramos las auténticas “reglas del juego”, y después a algunos les inculcamos “la buena Arquitectura” (con A mayúscula, la que no depende del mercado, la que es “culta” y la que es “eterna”… jeje, irónico, no?…), y a los demás (eventualmente) los pasamos igual. Luego, se libera a todos a accionar sobre nuestras ciudades y nuestro patrimonio, ¿y nos sorprende que se actúe como se actúa? Me esta empezando a parecer que si esto (la especulación irrefrenable y la pérdida de patrimonio construido) es realmente un problema, es de nuestra propia autoría y nosotros mismos por nuestro accionar, o falta de él, la propiciamos y propagamos. Así es que, cual Leopold Von Sacher-Masoch (googleenlo chicas y chicos), la profesión hoy cuelga del techo, gimiéndole “Si Señoraaa!” al mercado. Que triste. Que bochornoso.
Los Calientes…
El enojo y la indignación son útiles si se canalizan en acción, y no me refiero exclusivamente en hacer un croquis. Si, es testimonial, demostrativo y tiene valor… para quienes les importa el tema… Los demás, tienen temas más importantes en que centrarse (como, por ejemplo, si Jennifer Aniston tiene o no tiene novio).
No, me refiero a una conciencia propia, un amor propio por nuestra profesión, que nos lleve primero que todo a tomar responsabilidad por nuestras deficiencias. Luego, jerarquizar nuestras ideas y fines: ¿nuestro problema es con la desaparición de un edificio, o con nuestra evanescente relevancia en la conformación de nuestro futuro? ¿Nuestro obsesivo control del objeto, o nuestra total indiferencia hacia el por qué se encarga ese objeto (y cómo se paga)?
Es deber individual de cada Arquitecto y Estudiante el buscar respuestas a estas y muchas otras cuestiones. Buscar conocimiento y anhelar algún nivel de dominio en temas que otrora se han delegado al control de otras ramas del conocimiento; Economía, Finanzas (flash noticioso: no son sinónimos), Sociología, Psicología, Leyes y demás disciplinas de las que dependen el accionar humano y sus incentivos subyacentes. El conocimiento comienza por nosotros mismos, individuos, cuestionándonos nuestro proceder y nuestros motivos: si no nos conocemos nosotros mismo, nunca podremos comprender nuestro conjunto, ni en sueños.
Y no esperar que la Instrucción sea lo que libere nuestras mentes del yugo del accionar cotidiano, sino activamente perseguir la expansión de nuestra conciencia crítica, aún en contradicción de órdenes establecidos; más de una vez me encontré con nociones escleróticas de nuestra posición en la “Pirámide Productiva”, siendo mas veces que no oída la frase “los Arquitectos no debería ser quienes consideran la promoción inmobiliaria”, o “el Arquitecto se debería limitar a ser contratado por el operador inmobiliario, el promotor, quien es el agente idóneo para tal menester”, o, la mas divertida de todas, “pensar en la actividad arquitectónica considerando a la vez la economía de mercado es una falta moral y ética”. Todo esto lo escuche, y todo viniendo de Arquitectos!
Tengo más noticias para todos ustedes: estas cuestiones se dan, sin importar cuanto se resista el sector académico a él. Una de las cosas que deberíamos hacer, para empezar, es integrar estas visiones a la Instrucción Profesional, para lograr formarnos con la aptitud suficiente para no ser esclavos de la “tóxica mezcla”, sino poder actuar con creatividad, ética y hasta compasión diría en un mercado cada día más dinámico y complejo. En un mundo donde el mañana nunca será igual al ayer.
Un Profesor mío una vez sostuvo la convincente noción de que “la Arquitectura es la mezcla perfecta de arte y ciencia”. Yo quiero agregar a esto dos cosas: sabiduría y astucia.
Café Mustio…
Que quede claro: lejos estoy de abogar por un mundo sin historia, o donde lo precedente no tenga peso y primacía. Hoy vivimos en un mundo con más historia que nunca, donde entre todos podemos sostener un sueño pasado y marcar un trazado en común. Simplemente sostengo que la memoria es nuestra guía en el camino, un camino que se hace andando. Detenernos en duelo por cada mojón es engorroso para la sociedad contemporánea, y no se conlleva con el Hoy que nos tocó vivir. Tampoco se enojen conmigo por sostener esta tesis, dado que simplemente canalizo lo que ya debería ser obvio para todos.
Tampoco hago apología del individualismo, o del status quo. El accionar en conjunto es la más poderosa arma de nuestro arsenal intelectual, pero creo que los fines a los cuales ha sido aplicado son estériles o hasta engañosos; podría entrar en una discusión interminable de como los Estados utilizan cuestiones sabidamente controvertidas, como la legalización de las drogas, para citar solo un ejemplo, para distraer la atención popular (de ambos bandos en estas disputas) de males mayores y peligros más inminentes. ¿Por qué escucho tanto sobre un edificio en particular y nada, silencio absoluto, sobre los reportes de “sobre-calentamiento” de la economía nacional? Aprendamos a no dejarnos distraer, y centrarnos en lo que realmente nos amenaza.
Y, con una cuota no menor de hipocresía, puede que lo llegue a ver todo distinto cuando quieran derribar un edificio de mi autoría… o un McDonalds. Pueden servirme frías las papas y mustio el café, pero no hay momento en un McDonalds de Montevideo que no sea un deleite para mi paladar arquitectónico.
Sinceramente
Nicholas Sibille
Nicholas, por fin alguien realista y con cabeza abierta a los cambios aparece en este foro tan alineado.
No parecès Montevideano. felicitaciones. Gente como vos es la que quiere el mundo. Si en Uruguay no te quieren, o te mudás a las zonas de Uruguay donde sì pasan cosas, o te vas de ahi. O me llamás.
Te va a ir mejor que a todos los quejosos.
Propongo un basta de lloriqueo. Si tanto les gustaba esta casa u otras cientos de casas que se puedan considerar de valor patrimonial, hubiesen hecho algo por ellas. A los estudiantes: usen el viaje de arquitectura para ver como en el mundo se protege SOLO LO MUY MUY bueno, lo cual se PAGA desde entidades o fundaciones que estan para eso a los que lo desarrollaron originalmente o sus descendientes, y se transforma en museos, colegios, centros de arte, galerias, etcetera,, y el resto de la ciudad, se sustituye sin temor, reciclando, demoliendo y construyendo arriba con la mayor naturalidad del mundo. Los barrios que rumbean para tejido urbano de bloque compacto,, tienen terrenos que valen segun lo que se puede hacer en ellos acorde a ordenanza, y si sos el dueño de la casa,, y te cierran los numeros,, llega el momento tarde o temprano que la vendes,, La ciudad se homogeiniza. Y ES ASI.
De lo que tiene los dias contados, y pueda considerarse vàlido, van los estudiantes (gratis) se hace un relevamiento fotografico detalladisimo, se repasa todo lo planimètrico, pasa a formar parte del legado cultural, se archiva, y punto. A lo siguiente.
Terminen con la cultura montevideana de “no lo hagamos por respeto”y esa otra costumbre abominable: etiquetar a: inversor, cliente, y desarrollista, siempre como los malos de la pelìcula. El mundo va para otro lado. Sin estos roles bien entendidos y desmitificados,, no sè de què van a trabajar. alguno de ustedes viviò la experiencia espacial de esa casa? alguien les abrio la oportunidad de ver si mas alla de una fachada lograda, habia buen diseño interior, calidad espacial? NO! son todas frases y mas frases y mas frases de lamentos, hablando todos de lo que nunca vivieron,,,
Esta casa y miles y miles mas como esta casa,, son propiedad PRIVADA, no son de la comunidad, de la municipalidad, del gobierno, ni de la gente,, hubo alguien que en su momento pagó el proyecto y la obra, y tiene el título de propiedad,, ES DE ESA persona,, y cuando la quiere vender por el motivo que sea,, la vende y punto, No hay mas nada que analizar. Lo que se considere tan valioso,, habria que comprarlo y PAGARLO desde organismos que lo hicieran, si no, còmo es?
Supongamos que para hacerme mi casa me contrato un super estudio, diseñan y construyo una casa emblematica que los estudiantes de arquitectura y colegas durante generaciones idolatran y consideran referencial,,, muy bien, cincuenta años despues se me murio media familia, me emigraron los hijos,, lo que sea y que se supone ?? que la casa no es màs mia? tengo que tener verguenza de demolerla? es justo que tenga problemas para vender un terreno porque la casa que le hice arriba estè tan buena que se considere màs de la ciudad que mìa? no podemos demolerla y construir un edificio ahi? o un garage? es TEMA DE LA FAMILIA. Y todas las opiniones a favor o en contra de los opinadores, estàn de màs.
Y enseguida las referencias inconducentes; que el fast food, que lo efimero, que los mercaderes, que los que se enriquecen,,, que el imperio, por favor!! si no es por los hacedores, la industria, la economia y la arquitectura no andan. Y no hay lo que hacer.
Sin desarrollista, sin inversor, sin clientes finales, no se hace nada de todo lo nuevo y maravilloso que se està haciendo en el mundo, las mismas obras a las que despues van a ir los estudiantes a sacarle fotos y a concursar a ver quien le saco la foto mas linda.
Los invito a la accion, al mundo real. Cambien la cabecita retro de la facultad uruguaya, entrènense para ser quienes HACEN y no quienes OPINAN. Si la vocacion que tienen es de ser opinadores, no estudien arquitectura, dedìquense al periodismo.
Si a la mayoria de los que vengo leyendo en este foro, viene la trasnacional que mas odien, y les encarga el proyecto de un nuevo Headquarter en Zona Amèrica se le van todas las pavadas y por ahi estàn,, felices de la vida,, si habrè visto por el camino rotaciones de èstas,,,
Tanto analisis y recontra anaisis de lo que se DEBERIA HACER, no aporta NADA.
Lo que importa es HACER, en la direccion que consideren justa.
Y si lo que consideran que hay que hacer y en lo que quieren poner su energìa es en
proteger casas de otros con valores arquitectonicos,, agrupense, junten sponsors,, hagan convenios internacionales y COMPRENLAS A SUS DUEÑOS, si no,, van a estar llorando toda la vida,, porque las cosas son como son, y no como los periodistas quieren que sean.
espero aportarles algo: no pierdan los primeos 10 años de ejercicio profesional contra el tren de frente hasta darse cuenta de que el mundo real no es como les gustaria que fuera a los de la facultad, sino que es como es. En vez de malgastar toda esa energìa inutilmente, Desde el dia 1, ataquen a la realidad en forma positiva, optiimista. y eso es el empuje que cuenta y que se quiere contratar.
Se fijan como les cuesta abrir la posibilidad al menos hipotetica de que lo que venga en el terreno de la bendita casa demolida pueda ser ESPECTACULAR? y si lo es? que pasaria si en vez de quejarse le hacen un anteproyecto espectacular de regalo y se lo presentan al developer? capaz capaz,, quien te dice que no se encuentran con una sorpresa,, !
En Panamà por ejemplo, lo que les acabo de contar, es muy frecuente,, los estudios presentan anteproyectos a los tenedores de terrenos espectaculares,, y se asocian con ellos! a ustedes les parece que es una actitud constructiva que apunta a màs o un delito ?
Unos cuantos van a escribir ahora tirandome piedras, todo bien,
No estoy dedicandole 20 minutos a iluminar una masa de gente, sino a lo sumo tirarle una soga desde el mundo real a uno o dos que lean y aunque no lo admitan ni lo puedan decir en el microclima de la facultad en la que todo esta mal visto,,, en el fondo perciban y sepan para mas adelante que hay algo de razon en estas frases.
Sr. Raúl Cohe: muy bien, con ese criterio, si mañana tuviese el dinero suficiente para comprar “El jardín de las delicias” podría ir, comprarlo, y luego con un cuchillo romper el lienzo hasta que no quede nada de él. Luego podría seguir con todo Leonardo, y Tiziano, Brueghel, Vermeer….. ¿Por qué no comprar el Campidoglio y demolerlo? ¿Porque no compramos el Duomo, lo tiramos abajo, y en su lugar hacemos edificios de apartamentos de dos pesos con cincuenta?
Ojalá que en Uruguay construyamos, en el futuro, una arquitectura maravillosa, incluso más maravillosa que la que existe, pero aún cuando fuera más maravillosa que la anterior, igual no la construyamos encima de la otra!
Por suerte no nos falta espacio para construir la fantástica Montevideo del futuro! No tenemos necesidad de seguir destruyendo la que ya existe!
Estimado Matias, gracias por seguir el debate. Justamente los casos que describes, tanto en arte como en arquitectura, han sido protegidos sabiamente por asociaciones o gobiernos, que, o los han comprado a sus propietarios originales, o han sido donados a instituciones gubernamentales por quienes han considerado que querian hacerlo, sin obligacion, sino porque sintieron que eran cosas que sumaba mas compartirlas que gozarlas en privado. Si tu tienes el caso del ejemplo, una propiedad privada residencial de valor academico, que harías? se la donarias a entidades sin fines de lucro para asegurarte que la disfruten generaciones venideras o intentarias realizar el combo de lote + vivienda en caso de deseo / necesidad,,?
pensemos,,
muchas gracias
Raul